Una explosión de sabor y aroma caracteriza esta deliciosa y facilísima tarta de naranja sin gluten y sin lactosa, rellena con una sencilla crema de coco y gotas de chocolate. Es ideal para un cumpleaños, una ocasión especial o simplemente como postre de fin de comida dominical. Para realizar esta deliciosa tarta sólo necesitaremos un bol y un batidor de acero y en menos de 10 minutos prepararemos la masa para hornear.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 3 Horas
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 12
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones, Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 200 g harina de arroz sin gluten
- 50 g fécula de patata sin gluten
- 10 g almidón de maíz sin gluten
- 3 Huevos medianos enteros
- 130 ml Zumo de naranja (Fresco)
- 100 ml Aceite de semillas de sabor delicado
- 130 g azúcar granulada
- 1 sobrecito levadura en polvo para dulces sin gluten
- 2 g Sal fina
- al gusto Cáscara rallada de naranja
- 250 ml Nata fresca sin lactosa
- 175 g Queso crema sin lactosa
- 20 g coco rallado
- al gusto Licor de naranja (Opcional)
- 100 g Chocolate negro
- al gusto cáscara de naranja rallada
- 2 cucharadas azúcar glas sin gluten
Herramientas
- 1 Molde
- 1 Manga pastelera
- 1 Espátula
Pasos
Para preparar nuestra deliciosa tarta de naranja, los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, incluidos los huevos (excepto los ingredientes para preparar la crema de coco).
Preparamos todos los ingredientes delante de nosotros.
En un bol tamizamos todos los ingredientes secos (harina de arroz, almidón de maíz, fécula, levadura en polvo), mezclamos con un batidor de acero para amalgamarlos y los dejamos momentáneamente a un lado.
Forramos con papel de horno un molde desmontable circular de 24 centímetros de diámetro (o un molde de 20 cm. de diámetro con bordes altos de 10 cm).
Rallamos muy finamente la cáscara de dos naranjas (guardamos un poco aparte que utilizaremos en la crema de coco), obtenemos la cantidad que necesitamos y reservamos.
En otro bol muy grande cascamos los huevos, añadimos el azúcar y la cáscara rallada de las naranjas.
Mezclamos a mano los huevos y el azúcar durante unos 2 minutos con el batidor de acero. Obtendremos una mezcla lisa y líquida. Es importante que el azúcar quede disuelto.
Ahora añadimos, uno por uno, los ingredientes líquidos, es decir, el zumo de naranja filtrado y el aceite de semillas, uniéndolos delicadamente y mezclando siempre a mano, con el batidor de acero.
Encendemos el horno a 170*.
Agregamos la sal fina y los ingredientes secos, que verteremos en la mezcla en tres veces (por lo tanto, no todos juntos) para amalgamarlos mejor y no crear grumos, usando el batidor de acero.
Aseguramos que todas las harinas hayan sido incorporadas a la mezcla, es decir, que en el fondo del bol no haya quedado harina sin mezclar. La masa debe quedar muy cremosa.
Vertemos delicadamente la tarta en el molde, golpeamos suavemente sobre la mesa para que la masa se asiente y se distribuya de manera uniforme y la llevamos al horno estático, a media altura, durante unos 55/60 minutos. La tarta debe cocinarse a una temperatura no excesivamente alta y poco a poco, para evitar que la masa colapse en el centro o que se cocine por fuera quedando más cerrada y cruda por dentro.
Controlamos a menudo, porque cada horno tiene sus propios tiempos y temperaturas. Cuando la tarta esté cocida (una señal que nos ayuda a saber si una tarta está cocida es observar si se ha despegado de los bordes del molde), después de haber hecho la prueba con un palillo de madera o acero para brochetas (que debe salir perfectamente seco), apagamos y la sacamos inmediatamente del horno, para evitar que el calor residual pueda secarla excesivamente y la dejamos enfriar durante al menos 2 horas, antes de sacarla con cuidado del molde, porque podría romperse. Después de dos horas, transferimos la tarta al frigorífico, cerrada en un porta tartas
Mientras la tarta se enfría y se asienta, preparamos la crema de coco.
Vertemos la nata fría del frigorífico en el bol y la montamos durante un minuto con las varillas eléctricas a máxima velocidad. En este punto añadimos el azúcar glas, el queso crema, el coco rallado y otro poco de cáscara rallada de naranja y una cucharadita de licor de naranja u otro, si se desea.
Montamos durante otro minuto o hasta que obtengamos una mezcla esponjosa, aireada y bien amalgamada. No montamos demasiado porque corremos el riesgo de acabar con mantequilla casera, en lugar de una crema de nata montada.
Llenamos una manga pastelera con la crema de coco, cortamos la punta con un corte recto no más grande de dos centímetros y medio (como en la foto a continuación).
Sacamos la tarta del frigorífico, la colocamos sobre una tabla de cortar. La dividimos por la mitad y rellenamos con la crema, comenzando desde el centro.
Cubrimos con la otra mitad de la tarta y rellenamos con la crema también los bordes exteriores de la tarta, alrededor.
Con la crema restante, crea decoraciones en la tarta a tu gusto.
Ahora nos queda hacer el último paso sabroso. Picamos el chocolate con un cuchillo no demasiado grueso (también puedes usar gotas de chocolate) y lo aplicamos alrededor de los bordes exteriores de la tarta, usando las manos (te recomiendo usar guantes en este caso).
Ponemos la tarta de naranja rellena en el porta tartas en el frigorífico y la dejamos reposar durante unas horas, para que absorba la humedad de la crema y se saboree aún más.
La idea extra. Recomiendo prepararla el día anterior, porque las tartas rellenas, en general, necesitan asentarse y absorber los sabores.
Las tartas sin gluten realizadas, como en este caso, con harinas naturales y sin añadir espesantes (como la xantana, por ejemplo), mantequilla y leche, tienden inexorablemente a ser bastante quebradizas. Recomiendo poner la tarta en el frigorífico, después de que se haya enfriado, porque de esta manera se estabiliza mejor.

