¿Se puede preparar un entrante rápidamente y con pocos ingredientes que, quizás, ya tengamos en la despensa o en el frigorífico? La respuesta es sí, podemos hacerlo. Hoy os propongo uno muy sencillo, sin gluten ni lactosa, que, sin embargo, os aseguro, gustará incluso a quienes no tienen necesidades alimentarias específicas (obviamente, nada impide hacerlo con ingredientes tradicionales). Las tartaletas sin gluten con crema de robiola y aceitunas son perfectas para acompañar el momento del aperitivo o para enriquecer un bufé. Son elegantes, refinadas, muy fáciles y rápidas de hacer, además de sabrosas, y se pueden personalizar según nuestras necesidades. Esta deliciosa y fragante crema se prepara en pocos minutos, está lista para usar y también se puede preparar con antelación y conservar, bien cubierta, en el frigorífico en un recipiente de vidrio.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 20
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las temporadas, Navidad
Ingredientes
- 200 g robiola sin lactosa
- 350 g aceitunas verdes deshuesadas
- c.s. pimentón dulce
- 1 cuchara aceite de oliva virgen extra
- 10 rebanadas pan para tartaletas o pan de molde sin gluten
Pasos
1) Cortamos las rebanadas de pan para tartaletas o de pan de molde por la mitad, obteniendo dos triángulos y luego las colocamos en un plato para servir (también podemos asarlas ligeramente por ambos lados para hacerlas aún más apetitosas, con un sabor más pronunciado).
2) En un bol ponemos la robiola, casi todas las aceitunas deshuesadas y, según los gustos, podremos picarlas finamente o trocearlas groseramente (reservamos una decena de aceitunas que, en cambio, cortaremos en rodajas gruesas y que decorarán las tartaletas), un poco de pimentón y una cuchara de aceite de oliva virgen extra. No añadimos sal. Mezclamos los ingredientes hasta obtener una crema bien integrada y espesa.
3) Con estas cantidades obtendremos 20 tartaletas. Para decorarlas podremos simplemente untar la crema, o usar una manga pastelera con boquilla de estrella, o, incluso, usar dos cucharillas para formar pequeñas quenelles un poco más grandes que una nuez. Finalmente, añadimos las rodajas de aceitunas y otra espolvoreada de pimentón dulce (que se puede sustituir con un poco de orégano fresco o seco).
Buen provecho
