Preparación

• Bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y espumosa.
  Tamiza gradualmente la harina y agrégala a la mezcla, luego añade la levadura y los demás ingredientes, mezclando suavemente para integrar todo.
  Vierte la masa en un molde previamente enmantecado y enharinado.
  Hornea en un horno precalentado a 180°C durante unos 30 minutos, hasta que la tarta esté dorada y bien cocida en el centro.

• Bate en una cacerola de acero las yemas con el azúcar, la sal y la cáscara de limón hasta obtener una mezcla homogénea.
  Añade el almidón tamizado y mezcla bien.
  Mientras tanto, en otra cacerola, lleva la leche con las cáscaras de limón a semi-hervor.
  Vierte lentamente la leche caliente en la mezcla de huevos, eliminando primero las cáscaras de limón, y devuelve todo al fuego.
  Cocina a fuego lento, removiendo continuamente, hasta que la crema espese.
  Una vez lista, cubre la crema con film en contacto y deja que se enfríe completamente.

• Cuando la crema pastelera esté bien fría, bátela con un batidor (también eléctrico) hasta que quede lisa y suave.
  Agrega suavemente la nata, ayudándote con una espátula, hasta obtener una mezcla esponjosa y fragante.
  Divide la crema en dos recipientes:
  En uno de los recipientes la crema estará lista para verter directamente en la manga pastelera.
  En el otro recipiente agrega el cacao amargo tamizado, ajustando la cantidad según el gusto y la intensidad de color deseada.
  Luego transfiere la crema de chocolate a la manga pastelera, lista para decorar la tarta.

• ¡Comienza a montar la tarta!
  Humedece cada capa con el almíbar de maraschino, delicada y aromática, o con un almíbar de ron, que combina perfectamente con el chocolate.
  Rellena la primera capa con abundante crema chantilly blanca y espolvorea con virutas de chocolate blanco.
  Rellena la segunda capa con crema chantilly de chocolate y distribuye virutas de chocolate negro.
  Para la capa de cobertura, alterna las dos cremas como se muestra en la foto, creando un efecto armonioso y atractivo.
  Deja reposar la tarta en el frigorífico durante al menos 3 horas antes de servirla, para que los sabores se amalgamen perfectamente.