Las judías negras a la cazuela son un plato con sabor campestre que nos lleva atrás en el tiempo. La receta de la abuela Benedetta es un verdadero cofre de sabores y tradición, donde los ingredientes simples se transforman en un segundo plato sustancioso y reconfortante.
TEMPORADA del #judíaseca – se encuentra todo el año, en otoño se secan las legumbres de la nueva temporada. Es mejor consumirlas dentro de un año desde su recolección, para tener una cocción mejor y más rápida.
RECETAS para preparar con judías negras:

- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 1 Día
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Porciones: 6
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Saludable
- Estacionalidad: Todas las estaciones
- Energía 81,01 (Kcal)
- Carbohidratos 15,03 (g) de los cuales azúcares 0,18 (g)
- Proteínas 5,06 (g)
- Grasa 0,55 (g) de los cuales saturados 0,10 (g)de los cuales insaturados 0,32 (g)
- Fibras 4,99 (g)
- Sodio 247,16 (mg)
Valores indicativos para una ración de 222 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.
* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov
Judías negras a la cazuela
RACIÓN por persona: aproximadamente 50 gramos de legumbres secas, 150 gramos si ya están cocidas.
- 300 g judías negras secas (si ya están cocidas o en lata 900 g)
- 500 g agua
- 1 diente ajo (o una hoja de laurel o una ramita de romero)
- 250 g puré de tomate (o tomates pelados)
- Medio chile fresco (o chile en hojuelas)
- Medio cucharadita comino en polvo (o semillas de cilantro o canela)
- c.s. sal fina
Herramientas
- Cazuela de acero d.18
- Tapa
Judías negras a la cazuela
REMOVIMIENTO judías negras
Lavarlas bajo el agua corriente para eliminar impurezas, luego remojarlas en abundante agua fría durante una noche o más. Es útil cambiar el agua de remojo varias veces, para prevenir la fermentación (las burbujas que se forman en la superficie). No añadir nada al agua de remojo: la sal las endurece, el bicarbonato las endurece y disminuye sus propiedades nutritivas.
COCCIÓN
El día siguiente escurrirlas y lavarlas bajo el agua corriente, luego colocarlas en la cacerola y cubrirlas con agua. Añadir un diente de ajo, una hoja de laurel (y/o una ramita de romero).
Dejar hervir a fuego lento las judías negras durante unos 70 minutos o hasta que empiecen a deshacerse. Es importante mantener las legumbres siempre cubiertas con un poco de agua para uniformar su cocción, así que añadir agua caliente si es necesario. En olla a presión, se cocinan en aproximadamente 25 minutos desde el silbido.
Una vez cocidas, recomiendo dejarlas reposar una noche para luego continuar la preparación al día siguiente.
Añadir a las judías cocidas el puré de tomate, el chile (para un sabor mexicano), semillas de comino (o semillas de cilantro o canela en polvo).
Continuar la cocción por otros 20 minutos o más hasta que estén bien cocidas, hacia el final de la cocción añadir la sal.
Guardar las judías negras a la cazuela
En el frigorífico, las judías cocidas a la cazuela se conservan en una cacerola (o en un contenedor cerrado) durante unos 5 días y cada vez que se recalientan se vuelven más sabrosas y cremosas. En el congelador se mantienen, en su salsa, por un máximo de 6 meses.
Curiosidades
¿Con qué acompañar las judías negras?
La textura cremosa y el sabor rico de las judías negras combina perfectamente con una variedad de ingredientes. Desde el plato tradicional mexicano, como las judías negras con arroz, hasta una ensalada fresca o como adición en un burrito, su versatilidad las hace un acompañamiento muy apreciado en la cocina.
¿A qué saben las judías negras?
Las judías negras tienen un sabor terroso y ligeramente dulce. Son conocidas por su textura cremosa cuando se cocinan, lo que las hace ideales para una variedad de platos, desde la cocina mexicana hasta platos de inspiración caribeña. Su sabor es bastante delicado y las hace versátiles y aptas tanto para platos salados como dulces. Su textura mantecosa y su sabor aterciopelado las hacen apreciadas en muchas cocinas del mundo, especialmente en la cocina étnica.