Si os gusta variar en la cocina y estáis buscando un condimento sabroso y un poco diferente de lo habitual, el pesto de rúcula y calabacines podría convertirse en una de vuestras nuevas recetas favoritas. Se trata de una crema suave y aromática, de sabor delicado pero con un carácter propio, perfecta para condimentar un buen plato de pasta. En comparación con el clásico pesto genovés, esta versión tiene un toque más dulce dado por los calabacines y equilibrado por la nota ligeramente picante de la rúcula. Es muy fácil de preparar y se puede realizar con antelación: solo tendréis que guardarlo en el frigorífico y estará listo para usar cuando lo necesitéis. En fin, si tenéis ganas de cambiar un poco y llevar a la mesa un plato original y colorido, ¡esta es la receta correcta para vosotros! ¡No os queda más que probar!
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- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Métodos de Cocción: Hervido, Fuego
- Cocina: Italiana
Ingredientes para el pesto de rúcula y calabacines
Con estas cantidades se preparan dos frascos de pesto de rúcula y calabacines.
Para quienes siguen una dieta vegetariana será suficiente sustituir el Grana/Parmigiano con un queso análogo preparado con cuajo vegetal.
- 150 g rúcula
- 2 calabacines (medianos)
- 1 diente ajo
- 100 g Grana Padano DOP (o Parmigiano)
- 40 g cacahuetes salados
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta negra
Herramientas
- 1 Cazuela
- 1 Espumadera
- 1 Bol
- 1 Sartén
- 1 Batidora
Preparación del pesto de rúcula y calabacines
Lavar muy bien la rúcula, luego escaldarla por unos segundos en agua hirviendo con sal, escurrirla y pasarla inmediatamente a un bol lleno de agua y hielo.
Colocarla sobre un paño limpio o papel de cocina para absorber el exceso de agua.
Quitar los extremos de los calabacines, lavarlos y cortarlos en rodajas.
En una sartén calentar unas cucharadas de aceite y dorar el diente de ajo machacado o cortado por la mitad. Añadir los calabacines, una pizca de sal, un poco de pimienta negra y cocinarlos durante unos diez minutos.
Eliminar el ajo (pero si os gusta podéis dejarlo) y transferir los calabacines al vaso de una batidora o procesador de alimentos. Añadir la rúcula, el queso cortado en trozos, los cacahuetes y un poco de pimienta.
Batir a intervalos añadiendo un poco de aceite en hilo (yo nunca pongo mucho; prefiero diluir el pesto posteriormente con unas cucharadas de agua de cocción de la pasta. Así reduzco un poco las calorías).
Transferir el pesto de rúcula y calabacines dentro de dos frascos herméticos asegurándose de cubrir perfectamente la salsa con aceite. Se conserva en el frigorífico por algunos días. ¡Disfrutalo! Paola
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