Hoy os propongo unos tronquitos de polenta y salchicha deliciosos. Son bocaditos perfectos para una cena rústica o un brunch de domingo. No son nada especial en aspecto, pero os aseguro que están realmente buenos. En resumen, los veo como la versión salada de los clásicos «feos pero buenos» dulces. Llévalos a la mesa directamente en su bandeja de cocción y verás cómo desaparecen en un santiamén. En fin, si eres amante de la polenta, como yo, tienes que probarlos sin falta.
Otras recetas con polenta que os recomiendo probar:

- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Métodos de Cocción: Cocina, Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes para los tronquitos de polenta y salchicha
En esta receta, yo he utilizado luganega, pero podéis sustituirla tranquilamente por salchicha común. El resultado serán solo tronquitos más grandes.
Cuestión polenta: yo he usado una harina para polenta instantánea de cinco cereales, pero también va bien la normal. He dosificado el agua como se indicaba en el paquete, así que verifica lo que se indica en el tuyo.
- 175 g harina para polenta instantánea
- 750 g agua
- luganega
- 2 hojas laurel
- Grana Padano rallado (o Parmigiano)
- aceite de oliva virgen extra
- sal
Herramientas
- 1 Cacerola
- 1 Cazuela
- 1 Cuchara de madera
- Papel de horno
- Pincel
- 1 Bandeja de horno
- Cuchillo eléctrico
Preparación de los tronquitos de polenta y salchicha
Corta la luganega en 3 piezas de 20 cm de largo y quítales la tripa: te recomiendo usar tijeras para evitar romper la salchicha.
Pincela el fondo de una cacerola con un poco de aceite, añade dos hojas de laurel y calienta ligeramente antes de colocar las 3 piezas de luganega. Dóralas por todos los lados a fuego medio hasta que estén bien doradas: tomará unos 5 minutos. Luego quítalas de la cacerola y resérvalas.
Vierte el agua en una cazuela, sala al gusto y lleva a ebullición. Cuando hierva, añade la harina para polenta en forma de lluvia mientras continúas mezclando con una cuchara de madera. Continúa la cocción durante el tiempo indicado en el paquete.
Mientras tanto, pincela ligeramente de aceite tres hojas de papel de horno.
Divide la polenta en tres partes. Distribuye un tercio sobre una hoja de papel de horno, dándole forma de rectángulo ligeramente más largo que la salchicha.
Espolvorea el rectángulo de polenta con queso rallado y coloca la salchicha en el centro.
Envuelve todo, ayudándote con el papel de horno, formando un cilindro. En esta fase puede ser que la polenta se rompa pero es fácilmente moldeable con las manos; así que cierra los cortes que puedan formarse.
Procede de la misma manera con los otros dos rollos, luego transfiérelos al frigorífico durante media hora para que se endurezcan.
Pasado el tiempo de enfriamiento, desenrolla los rollos y córtalos en trozos. Te recomiendo usar el cuchillo eléctrico porque temo que se romperían con un cuchillo normal. Si no tienes este cuchillo y deseas comprarlo, lo puedes encontrar online haciendo clic AQUÍ.
Coloca los tronquitos en una bandeja de horno forrada con papel de horno y espolvoréalos con más queso rallado.
Cocina los tronquitos de polenta y salchicha en el horno estático previamente calentado a 200° durante 15 minutos, luego pasa a la función grill por otros 5 minutos o hasta que alcancen el grado de dorado deseado. Retíralos del horno y deja que se templen antes de disfrutarlos. ¡Disfruta! Paola.
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