La focaccia con cebollas caramelizadas es un pan muy esponjoso, perfecto para servir tanto en el aperitivo como de segundo plato, combinándolo con una tabla de embutidos y quesos, por ejemplo.
Prepararla es facilísimo y ni siquiera necesitas la amasadora, ya que la masa se mezcla simplemente con una cuchara o con las manos. Si quieres, también puedes preparar la masa la noche anterior y dejarla fermentar toda la noche; en ese caso, usa solo 1/4 de cucharadita de levadura, que será suficiente para obtener una focaccia esponjosa y burbujeante.
Como leerás en la receta, la masa resultará bastante blanda y pegajosa, así que no cedas a la tentación de añadir más harina, ¡porque está bien así!
Si, como yo, eres amante de los panes fermentados, prueba también estas recetas mías:
- Dificultad: Fácil
- Tiempo de reposo: 4 Horas
- Tiempo de preparación: 25 Minutos
- Porciones: 1 bandeja redonda de aprox. 34 cm de diámetro
- Métodos de Cocción: Horno, Cocina
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 270 g harina 0
- 80 g harina integral
- 1 cucharadita levadura seca de cerveza
- 1 cucharadita azúcar
- 320 g agua (tibia)
- 7.5 g sal
- 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 450 g cebollas
- c/s aceite de oliva virgen extra
- 2 ramitas tomillo
- c/s sal
- 2 cucharaditas azúcar moreno
- 2 cucharadas vinagre balsámico
- c/s sémola (para la bandeja)
Pasos
Para preparar la focaccia con cebollas caramelizadas, pon en un bol la harina 0 y la harina integral junto con la levadura seca de cerveza y el azúcar y mezcla. Vierte el agua tibia y comienza a mezclar con una cuchara o con las manos. Añade también la sal y el aceite de oliva virgen extra y mezcla con la cuchara o con las manos hasta obtener una masa homogénea, bastante blanda y pegajosa. Cubre con film transparente y deja reposar 1 hora.
Pasada la primera hora de reposo, con las manos mojadas, realiza algunos pliegues a la masa sin sacarla del bol. Cubre con film transparente y deja reposar otra hora. Luego realiza otro ciclo de pliegues a la masa, siempre con las manos mojadas o untadas en aceite, para que la masa no se pegue a los dedos. Cubre con film transparente y deja que fermente otra hora.
Pasada también la tercera hora de reposo, engrasa tu bandeja con aceite de oliva virgen extra y espolvoréala con sémola. Transfiere la masa a la bandeja y extiéndela delicadamente, presionando con las yemas de los dedos desde el centro hacia los bordes, hasta cubrir toda la bandeja con la masa. Deja fermentar tapado por otra hora. Mientras tanto, prepara el condimento.
Pela las cebollas, córtalas por la mitad y rebánalas finamente. Calienta una sartén con 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y pon las cebollas a sofreír a fuego alto durante unos minutos, removiendo con frecuencia. Cuando estén bien doradas, añade sal, el tomillo y espolvoréalas con el azúcar moreno, dejándolas caramelizar y removiendo continuamente. Desglasa con el vinagre balsámico, continúa la cocción durante aproximadamente un minuto y luego retira del fuego. Deja enfriar.
Precalienta el horno a 230 grados (estático).
Transcurrido el tiempo de reposo, o cuando la masa haya doblado su volumen, condiméntala con las cebollas caramelizadas, distribuyéndolas uniformemente por toda la superficie. Riega con un hilo de aceite de oliva virgen extra y espolvorea sémola a lo largo de los bordes.
Hornea a 230 grados durante 20-25 minutos, hasta que la focaccia esté dorada en la superficie y también en el fondo.
Saca del horno tu focaccia con cebollas caramelizadas, adórnala con algunas ramitas de tomillo y sírvela cortada en gajos o cuadritos.
La focaccia con cebollas caramelizadas es excelente tanto caliente como fría.
Consejos
Si no tienes tomillo, puedes aromatizar las cebollas con una ramita de romero.
Si quieres, puedes sustituir la harina integral por más harina 0, en ese caso puedes reducir la cantidad de agua en 10-20 g.

