Rosquillas esponjosas sin levadura: simples y rápidas de preparar. Perfectas en cualquier momento del día.
Las rosquillas esponjosas sin levadura son perfectas para el desayuno y la merienda. Como os decía, son rápidas de preparar: de hecho, se preparan con levadura para dulces, por lo que no hay tiempos de levadura que respetar.
Son súper deliciosas, y son perfectas para preparar incluso en ocasiones de fiestas y buffets. Gustan a todos: grandes y pequeños.
Pero veamos de inmediato cómo preparar las rosquillas esponjosas sin levadura.
En este contenido hay uno o más enlaces de afiliación.
Si aún no lo habéis hecho, suscribíos a mi canal YouTube Divertirse en la cocina para no perderos mis VÍDEO RECETAS!
También podrían gustarte estas recetas:

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 5 Minutos
- Porciones: 13
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 250 g leche
- 100 g azúcar
- 1 cáscara de limón
- 1 huevo
- 80 g aceite de girasol
- 550 g harina 00
- 1 sobre levadura en polvo para dulces
- c.s. aceite de girasol (para freír)
- c.s. azúcar (para adornar)
Herramientas
- 1 Bol
- 1 Molde
- 1 Tenedor
- 1 Rodillo
- 1 Olla
- 1 Papel de estraza B078GTZLP9
Cómo preparar las rosquillas esponjosas sin levadura
Dentro de un bol, poned el huevo y el azúcar. Mezclad con el tenedor.
Añadid la cáscara rallada de un limón no tratado. Mezclad con el tenedor.
Añadid el aceite y mezclad.
Añadid e incorporad también la leche.
Añadid la harina poco a poco y mezclad con el tenedor.
Añadid también la levadura y mezclad con el tenedor.
Cuando ya no podáis mezclar con el tenedor, proceded a amasar a mano sobre una superficie ligeramente enharinada. Debéis obtener una masa compacta y homogénea.
Estirad la masa obtenida con el rodillo. Debéis obtener una lámina con un grosor de aproximadamente un cm.
Pon el aceite dentro de una olla. Enciende el fogón y deja calentar el aceite que deberá alcanzar la temperatura de 170 grados.
Cortad las rosquillas. Yo he utilizado un cortador de rosquillas. Si queréis echar un vistazo, lo encontráis aquí. Si no lo tenéis, podéis utilizar un cortapastas y un tapón de botella de plástico para hacer el agujero en el centro.
Trabajad nuevamente la masa sobrante para crear otras rosquillas.
Freíd las rosquillas en abundante aceite caliente. Cuando suban a la superficie y se inflen, dadles la vuelta. Escurridlas cuando estén bien doradas.
Cuando estén ligeramente secas, pero aún calientes, pasadlas por el azúcar.
¡Servíos!