Preparación

• Comienza preparando la masa de las crepes: rompe los huevos en un tazón, agrega una pizca de sal y bátelos ligeramente.

  Añade la harina tamizada y mézclala, ayudándote con un batidor.

  Finalmente, vierte la leche (a temperatura ambiente) y mezcla siempre con el batidor hasta obtener una masa lisa y homogénea.

  Cubre el tazón con film transparente y déjalo reposar durante unos 30 minutos.

• Mientras tanto, corta la pulpa de calabaza en cubos, colócala en una sartén, con un chorrito de aceite, una pizca de sal y una ramita de romero (1).

  Cocínala hasta que esté tierna, mojando el fondo con un poco de agua caliente, para que se vuelva más suave.

  Cuando esté lista, pásala a un tazón y aplástala con un tenedor, hasta obtener un puré.

  Añade el queso crema, una cucharada de bechamel y mezcla. Si la mezcla resulta demasiado compacta, suavízala con 2-3 cucharadas de leche.

• Pasado el tiempo de reposo, retoma la masa y comienza a cocinar las crepes.

  Calienta una sartén especial con un trocito de mantequilla, vierte aproximadamente medio cucharón de masa y distribúyelo.

  Cuando los bordes de la crepe comiencen a despegarse, voltéala con una espátula y termina la cocción. Tomará alrededor de 30 segundos por lado.

  Continúa con la preparación hasta agotar la masa, engrasando la sartén de vez en cuando. Con estas cantidades, deberían salirte aproximadamente 12 crepes finas.

• Rellena cada crepe con 2-3 cucharadas de crema de calabaza y una loncha de speck (2).

  Dóblalas como un pañuelo y colócalas en una fuente para hornear, untada con una fina capa de bechamel, sin que se superpongan excesivamente.

  Cubre las crepes con la bechamel restante, añade parmesano rallado al gusto y una pizca de pimienta molida (3).

• Pon la fuente en el horno ventilado a 190° y deja gratinar por unos 15 minutos.

  Las crepes con calabaza y speck están listas para servir en la mesa… ¡buen provecho!