Los calabacines rellenos son un plato que combina sabores mediterráneos en una perfecta unión de frescura y gusto. Esta receta aprovecha la delicadeza de los calabacines, que sirven como base ideal para un relleno rico y sabroso.
El atún, ingrediente principal del relleno, aporta a la preparación una nota marina, que se combina armoniosamente con la dulzura de los tomatitos cherry. Las aceitunas taggiasche añaden un toque de sabor y un ligero regusto amargo, que contrasta agradablemente con la frescura de los calabacines y la ligera acidez de los tomatitos.
El plato se completa con la adición de huevo, pan rallado y parmesano, que sirven para ligar los ingredientes del relleno y crear una costra dorada durante la cocción.
Esta preparación es ideal para servir como aperitivo, plato principal o guarnición, y es perfecta tanto caliente como a temperatura ambiente. Los calabacines rellenos son un ejemplo de cómo ingredientes simples pueden transformarse en un plato elegante y sabroso, capaz de llevar a la mesa los sabores auténticos de la cocina italiana.
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- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 6
- Métodos de Cocción: Horno eléctrico
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes para la preparación de los calabacines rellenos a la mediterránea
- 6 calabacines
- 100 g atún en aceite
- 10 tomatitos cherry
- 1 huevo
- 10 aceitunas taggiasche
- 3 cucharadas queso parmesano rallado
- 3 cucharadas pan rallado
- c.s. sal fina
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada alcaparras
Herramientas
- 1 Bol
- 1 Fuente para horno
- 1 Picadora
- 1 Tenedor
- 1 Cuchillo
- Papel absorbente
Pasos para la preparación de los calabacines rellenos a la mediterránea
VER EL VÍDEO PARA UNA PREPARACIÓN PERFECTA
Empieza lavando cuidadosamente los calabacines y los tomatitos cherry. Sécalos y corta los tomatitos en gajos finos, pica con la picadora las alcaparras, y deshuesa las aceitunas y córtalas también en gajos.
Retira la parte superior de los calabacines y con un cuchillo marca los bordes. Luego con una cucharilla vacía cuidadosamente el interior retirando las semillas y la pulpa, dejando un espesor de aproximadamente medio centímetro para evitar que los calabacines se rompan durante la cocción. Guarda la pulpa y tira las semillas. Si la pulpa de los calabacines está muy acuosa, exprímela ligeramente antes de usarla en el relleno para evitar que resulte demasiado líquido.
Sala los calabacines con sal fina y ponlos boca abajo. Déjalos reposar durante media hora para que pierdan toda el agua en exceso.
Luego sécalos con papel absorbente.
En un bol pon la pulpa de los calabacines finamente picada, el huevo, el atún desmenuzado, los tomatitos, las aceitunas y las alcaparras picadas, el pan rallado y el queso parmesano rallado y sala. Mezcla bien todo y rellena abundantemente los calabacines.
Transfiérelos a una fuente aceitada, espolvorea con más queso parmesano rallado y un chorro de aceite de oliva virgen extra y hornea a 200 grados durante unos 30 minutos, o hasta que estén dorados.
Deja reposar los calabacines rellenos unos minutos después de sacarlos del horno. Esto permite que los sabores se amalgamen mejor y facilita el servicio.
¡Y… disfrútalos todos!
¡Buen provecho de parte de Barbara!
Conservación y consejos
Elige calabacines de tamaño similar para una cocción uniforme. Los calabacines más grandes son ideales para vaciar y rellenar.
Si deseas que los calabacines estén particularmente tiernos, puedes escaldarlos durante 2-3 minutos antes de vaciarlos y rellenarlos. Esto también reducirá el tiempo de cocción en el horno.
No exageres con la sal: el atún, las aceitunas y las alcaparras ya son sabrosos.
Se conservan en la nevera durante dos o tres días, pero antes deja enfriar completamente los calabacines rellenos a temperatura ambiente. Esto evita la formación de condensación que podría hacer que los calabacines queden blandos.
Transfiere los calabacines rellenos a un recipiente hermético. Esto ayuda a preservar los sabores y a mantener la frescura.
Para congelar, envuelve cada calabacín relleno en film transparente, asegurándote de que estén bien sellados. Pon los calabacines envueltos en una bolsa de congelación o en un recipiente hermético apto para congelar.
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