El pesto de calabacines es un condimento que representa una alternativa ligera y versátil al más conocido pesto genovés. Esta preparación se distingue por su consistencia aterciopelada y su sabor delicado, caracterizado por la dulzura natural de los calabacines, que se realzan con una combinación armoniosa de ingredientes frescos y aromáticos.
Los calabacines, hortalizas estivales ricas en agua y de sabor delicado, constituyen la base de este pesto. Su consistencia suave y su sabor ligeramente dulce se combinan a la perfección con el sabor delicado de los piñones, que pueden ser sustituidos por almendras o nueces.
Son el componente crujiente y ligeramente aceitoso que da, a la delicadeza de los calabacines, una nota de riqueza y profundidad.
El queso, a menudo una combinación de Parmigiano Reggiano y Pecorino Romano, aporta una sapidez compleja y una textura cremosa que enriquece aún más la salsa. El ajo, utilizado con moderación, da un toque de intensidad que aviva el sabor sin eclipsar los otros ingredientes.
Un aspecto distintivo del pesto de calabacines es su versatilidad. La salsa puede servirse fría o ligeramente calentada, adaptándose a una variedad de platos.
Es ideal para condimentar pasta, en particular formatos cortos como fusilli o trofie, donde el pesto penetra en las cavidades de la pasta, realzando su sabor. Además de la pasta, el pesto de calabacines también es adecuado como condimento para ensaladas de cereales, como la espelta o la cebada, o como salsa para bruschettas y crostini.
El color de este pesto es de un verde tenue, casi pastel, que refleja la frescura de los ingredientes utilizados. Su consistencia es sedosa, gracias a la presencia del aceite de oliva virgen extra, que amalgama y une todos los elementos en una crema homogénea y envolvente.
Finalmente, el pesto de calabacines representa una solución perfecta para quienes buscan un condimento más ligero, pero sin renunciar al sabor. Su ligereza, unida a la frescura de los ingredientes, hace que esta salsa sea especialmente apreciada durante la temporada estival, cuando los calabacines alcanzan el máximo de su sabor y calidad.
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano y Otoño
Ingredientes para la preparación del pesto de calabacines
- 300 g calabacines
- 40 g piñones
- 140 g aceite de oliva virgen extra
- 40 g pecorino
- 50 g parmigiano
- 1/2 diente ajo
- 2 g sal fina
Utensilios
- 1 Batidora
- 1 Rallador
- 1 Bote
- 1 Colador
- 1 Bol
Pasos para la preparación del pesto de calabacines
Para el pesto, es aconsejable elegir calabacines frescos, de tamaño pequeño o mediano. Estos calabacines tienden a tener una pulpa más tierna y un sabor más dulce.
Lávalos cuidadosamente bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo de tierra.
Después de lavarlos, elimina los extremos de los calabacines. Si lo deseas, puedes pelarlos parcialmente para un pesto más suave, pero mantener la piel añade fibra y un color verde más vivo.
Ralla, en un bol, los calabacines con un rallador de verduras.
Pásalos a un colador, sala y deja reposar durante unos veinte minutos para que pierdan el exceso de agua. Luego exprímelos enérgicamente con las manos.
En un batidora o un licuadora, añade los calabacines triturados, los piñones, el ajo (si lo deseas), el queso en trozos o ya rallado y el aceite de oliva virgen extra. Comienza a triturar los ingredientes en intervalos, para evitar sobrecalentarlos y preservar el color verde brillante del pesto. Continúa triturando hasta obtener una consistencia lisa y homogénea. La consistencia del pesto debe ser cremosa pero no demasiado líquida. Si es necesario, puedes añadir más aceite.
Si quieres un toque de acidez, puedes añadir unas gotas de jugo de limón, que también ayuda a preservar el color verde del pesto. Como guarnición he añadido granillo de pistacho y un rizo de calabacín.
El pesto de calabacines se puede utilizar inmediatamente como condimento para la pasta, untado en bruschettas o como salsa para platos de carne o pescado. Si lo usas para la pasta, conserva un poco de agua de cocción para amalgamar mejor el pesto con la pasta.
Opción sin lácteos: Para una versión vegana, puedes omitir los quesos y sustituirlos con levadura nutricional en copos, que aporta un sabor similar al queso, o con una combinación de almendras o anacardos, previamente remojados y triturados con los otros ingredientes.
Conservación
Conservación: Si no utilizas el pesto de inmediato, transfiérelo a un frasco de vidrio limpio. Cubre la superficie con un hilo de aceite de oliva virgen extra para evitar que se oxide. Cierra el frasco y guarda el pesto en el frigorífico. Se mantendrá fresco por 2-3 días.
Congelación: Para una conservación más prolongada, puedes congelar el pesto de calabacines. La congelación es un método excelente para preservar el sabor y el color del pesto, que puede durar hasta 3 meses en el congelador.
Es aconsejable congelar el pesto en pequeñas porciones, utilizando una bandeja para cubitos de hielo o pequeños contenedores de plástico o silicona. Al congelar el pesto en porciones, será más fácil descongelar solo la cantidad necesaria, evitando desperdicios.
Vierte el pesto en las bandejas para cubitos de hielo o en los contenedores, dejando un poco de espacio para la expansión durante la congelación. Después de llenar las bandejas, cubre con una fina capa de aceite de oliva virgen extra para proteger el pesto del aire. Una vez congelado, transfiere los cubitos de pesto a una bolsa para congelador, eliminando el exceso de aire, y colócalos en el congelador.
Descongelación: Cuando desees utilizar el pesto, basta con transferir la cantidad deseada del congelador al frigorífico y dejarlo descongelar lentamente. Para un uso rápido, también puedes descongelar el pesto a temperatura ambiente o directamente en la olla con la pasta caliente.

