Pasos para la focaccia de calabaza

• Comenzamos amasando cuidadosamente todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea y bien integrada.

  Una vez terminada esta fase, dejamos descansar la masa por un mínimo de cuatro horas, durante las cuales la levadura hará su trabajo, permitiendo que la masa crezca y desarrolle una textura suave.

  Durante el tiempo de fermentación, recordamos realizar los pliegues de refuerzo cada hora, un paso que contribuirá a hacer la masa aún más elástica y estructurada.

  

• Transcurrido el tiempo de fermentación, trasladamos la masa a una bandeja previamente engrasada o forrada con papel de horno, y la extendemos delicadamente con las manos, asegurándonos de distribuir uniformemente la masa en la superficie de la bandeja.

  Una vez extendida, creamos unas hendiduras presionando ligeramente con los dedos, que servirán para retener mejor la salmuera.

  Preparamos entonces una mezcla de aceite de oliva virgen extra, sal gruesa y agua, y la distribuimos generosamente por toda la superficie, asegurándonos de que penetre en las hendiduras. Completamos todo con una abundante espolvoreada de romero fresco, que añadirá un toque aromático y sabroso.

  Es el momento de cocer la focaccia. Precalentamos el horno a 190 grados, configurando la modalidad ventilada.

  Introducimos la bandeja en el centro del horno y dejamos cocer durante unos 15 minutos, controlando de vez en cuando que la focaccia esté dorándose de manera homogénea.

  Cuando la superficie esté bien dorada y la base resulte crujiente, podemos sacar la focaccia del horno y dejarla enfriar ligeramente antes de servirla.