Preparación

• Tamizar en un bol grande la harina junto con la levadura en polvo para dulces y el cremor tártaro. Añadir el azúcar y hacer un agujero en el centro como una fuente.

• Separar las yemas de las claras. Añadir en el centro de la fuente las yemas, el agua tibia y el aceite de semillas de girasol, y trabajar con las batidoras eléctricas durante unos seis/siete minutos.

• Montar las claras a punto de nieve con las batidoras, hasta que al inclinar el recipiente notéis que no se vuelcan, sino que se quedan pegadas. Mezclar las claras bien montadas con la masa en el bol, mezclando delicadamente con una cuchara haciendo el movimiento de abajo hacia arriba.

• Preparar el molde. Si tenéis el preparado para el angel cake, con el molde de anillo es sin duda mejor. De lo contrario, usar una cacerola de al menos veinte centímetros de alto, que no tenga el fondo doble, untándola con mantequilla y forrándola con papel de horno (el papel de horno se adhiere mejor a las paredes de la cacerola untada). El papel de horno debe sobresalir de la cacerola unos diez centímetros.

• Verter entonces en la cacerola el compuesto y cocinar en horno precalentado (baja temperatura) regulado a 160° durante una hora y después subir a 180 y cocinar aún por quince/veinte minutos. Dejar enfriar el pastel antes de servirlo y compartirlo para el desayuno o la merienda. Para la alegría de toda la familia y de quien se encuentre en el momento justo. 🙂