Preparación

• Verter en un cazo pequeño el azúcar, el agua, el zumo de limón, el jengibre y la miel y mezclar los ingredientes.

   

  Calentar en el fogón durante unos dos minutos hasta que se forme un caramelo

  

• Para asegurar que el caramelo no esté demasiado líquido, coger con la cucharadita un poco de líquido y verter una gota en un platillo de cerámica.

   

  Después de unos segundos se notará si se queda suave o se carameliza.

   

  Si todavía está líquido, añadir media cucharadita más de azúcar moreno.

• Utilizar moldes pequeños de silicona, o quizás los de las cajas de caramelos comprados en la farmacia. No los tires después de terminar la caja comprada en la farmacia, consérvalos para este propósito.

  Verter un poco de caramelo caliente en cada hueco con la cucharadita.

• Poner los moldes en el congelador durante dos minutos.

   

  Sacar del congelador y despegar los caramelos.

• Ponerlos dentro de una caja de lata.

   

  Repetir la operación hasta terminar con el caramelo.

   

  Calentar ligeramente el líquido si hay dificultades para verter en los moldes.