Pasos

• 1. Lava, recorta y ralla los calabacines con un rallador de agujeros grandes. Luego, ponlos en un colador, agrega sal fina y deja escurrir su agua de vegetación.

  

• Truco inteligente :
  Cuando añadas el speck, prueba calentarlo 30 segundos en la sartén: libera todo el sabor y hace que la tarta sea aún más irresistible!

  

• 2. En un bol grande, bate con un batidor de mano los huevos, el yogur y el aceite.
  3. Añadir harina, parmesano, levadura, sal y pimienta. Mezcla lo mínimo necesario para integrar. Si la masa está demasiado compacta, añade un poco de leche a temperatura ambiente.

  

• 4. Incorpora los calabacines bien escurridos del agua de vegetación dejando aproximadamente un puñado aparte, el provolone en cubos y el speck dejando un puñado aparte.
  5. Vierte la masa en un molde de rosca (22 cm) forrado con papel de horno o engrasado y enharinado. Nivela con una cuchara.

  

• 6. Espolvorea la superficie con parmesano rallado, los calabacines y el speck apartados y hornea en horno estático a 175°C durante unos 50 minutos. Haz siempre la prueba del palillo después de 40-45 minutos.
  7. Deja templar, desmolda y sirve!

  

• Esta receta es uno de esos pequeños placeres caseros que preparo a menudo, especialmente cuando quiero algo delicioso sin pasar mucho tiempo en la cocina.
  Me recuerda a los domingos de finales de verano, con los calabacines frescos del agricultor que abundan, y a esos momentos en los que basta poco para poner en la mesa un plato que une a toda la familia.
  La suavidad de la rosca, el sabor sabroso del speck y el aroma envolvente del queso transforman cada porción en un auténtico mimo. ¡Pruébala y dime si te conquista como nos ha conquistado a nosotros!