Si amas las alcachofas, debes probar las alcachofas a la Romana. Son perfectas para acompañar segundos de carne o para disfrutar simplemente con un buen pan casero. Su principal característica es la cocción lenta en aceite y agua, que las hace increíblemente tiernas y sabrosas. La elección de la variedad adecuada es fundamental: para esta receta se usan las mammole, un tipo de alcachofa sin espinas y con un corazón tierno, perfecto para ser relleno con una mezcla aromática de perejil, menta y ajo.
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- Dificultad: Muy fácil
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4Piezas
- Métodos de Cocción: Cocción lenta, Hornillo
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Invierno, Primavera
Ingredientes
- 4 alcachofas mammole
- 1 ramito perejil
- 1 ramito menta
- 2 dientes ajo
- Medio limón
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- c.s. sal
- c.s. agua (caliente, aproximadamente 1 L)
- 150 ml vino blanco
Herramientas
- Cacerola
Pasos
Lo primero que hay que hacer es limpiar las alcachofas. Elimina las hojas externas más duras hasta llegar a las más claras y tiernas, luego corta la parte superior de la alcachofa, pela el tallo para eliminar la parte más fibrosa (yo me ayudo con un pelador) y acórtalo. Para evitar que se oscurezcan, frótalos inmediatamente con el limón.
Prepara la mezcla aromática: pica finamente el perejil, la menta y el ajo y mézclalo todo con una pizca de sal.Abre ligeramente las hojas de las alcachofas con las manos y rellena el corazón con la mezcla, tratando de distribuirlo bien también entre las hojas internas. Recompacta la alcachofa apretándola ligeramente entre las manos.
Vierte en una cacerola un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra, coloca las alcachofas con los tallos hacia arriba, cerca una de la otra para que se mantengan en posición durante la cocción.Cuando la parte superior de las alcachofas esté dorada, colócalas de lado y continúa dorándolas, girándolas delicadamente por todos los lados con la ayuda de unas pinzas. Una vez bien doradas, añade el vino blanco. Cuando el alcohol se haya evaporado por completo, añade el agua caliente, asegurándote de que cubra las alcachofas hasta la mitad, no más.
Ajusta de sal y, si te gusta, añade una pizca de pimienta.
Cubre con una tapa y deja cocer a fuego lento durante unos cuarenta minutos. Revisa de vez en cuando que el líquido no se seque demasiado.
Para verificar la cocción, pincha el tallo con un tenedor: si está tierno, las alcachofas están listas.
Sírvete caliente, o déjalas enfriar porque son deliciosas también a temperatura ambiente. Son perfectas para acompañar segundos de carne, pero también puedes disfrutar de ellas solas para una comida ligera y sabrosa!
Consejos
– Si quieres darle un toque extra de sabor, puedes añadir una pizca de guindilla triturada dentro de la mezcla de perejil y menta.
– Para un resultado aún más rico, puedes sustituir parte del agua con caldo vegetal.
– Si las alcachofas son muy grandes, también puedes dividirlas a la mitad antes de la cocción para facilitar su preparación y cocción uniforme.
Conservación
Las alcachofas a la Romana se conservan en la nevera por un máximo de 2-3 días, en un recipiente hermético. Para mantenerlas frescas, asegúrate de que estén bien cubiertas con su líquido de cocción. Si deseas conservarlas más tiempo, puedes congelarlas después de la cocción, pero es mejor hacerlo sin añadir el líquido de cocción. En este caso, descongélalas lentamente en la nevera antes de recalentarlas.