Uno de los platos clásicos de la cocina romana, hoy spaghetti a la carbonara – receta clásica!!! Existen diferentes hipótesis sobre el origen de esta receta. La primera se refiere a los americanos en la posguerra que, al llegar a territorio italiano, utilizaron guanciale y huevos, el primero en sustitución del bacon americano. La segunda es la de los carboneros de los Apeninos que utilizaron este condimento de fácil acceso (queso y huevos), de conservación (guanciale) y del color negro de la pimienta que recuerda precisamente a las minas. La última hipótesis es que deriva de los «movimientos carbonarios», donde los miembros, al reunirse en secreto, comían lo que tenían a su disposición. El día 6 de abril se celebra el Carbonara Day, un día dedicado a este primer plato italiano famoso y más imitado en el mundo.

- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 2 personas
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Regional Italiana
- Región: Lazio
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 160 g spaghetti (u otro formato)
- 120 g guanciale
- 4 yemas
- 8 cucharadas pecorino romano (rallado)
- c.s. pimienta negra
Herramientas
- Báscula de cocina
- Cuchillo
- 2 Cuencos
- Tabla de cortar
- Rallador
- Cuchara de madera
- Olla
- Escurridor
- Sartén
- Cuchara
Preparación
Para preparar los spaghetti a la carbonara – receta clásica…
Primero, poned a calentar el agua para cocer los spaghetti. Cuando empiece a hervir, echadlos y cocedlos durante los minutos indicados en el paquete. Yo he preferido no añadir sal, ya que el guanciale y el pecorino aportan la salinidad justa al plato.
Tomad el guanciale, quitadle la corteza y cortadlo en cubos, luego doradlo a fuego bajo en una sartén sin añadir aceite.
Cuando el guanciale esté bien dorado y crujiente, apagad el fuego y con una espumadera o tenedor retirad el guanciale y ponedlo en un cuenco, mientras que la grasa liberada durante la cocción dejadla momentáneamente en la sartén.
En otro cuenco poned las yemas (no tiréis las claras, podéis usarlas para otras recetas). Añadid cuatro cucharadas de pecorino romano rallado, la mitad de la cantidad de grasa liberada durante la cocción del guanciale y la pimienta. Luego, con un tenedor o batidor de mano si preferís, batid bien todo hasta formar una crema lisa y homogénea. Si queda demasiado espesa, no os preocupéis.
Una vez que los spaghetti estén cocidos, escurridlos reservando el agua de cocción en un cuenco. Recuperad la sartén con la otra mitad restante de la grasa del guanciale, ponedla al fuego y calentadla, añadid el guanciale dorado previamente y echad los spaghetti. Saltead la pasta durante unos minutos hasta que esté bien caliente.
Quitad la sartén con los spaghetti y el guanciale del fuego y añadidlos a la crema de yemas y pecorino romano. Añadid unas cucharadas de agua de cocción reservada y mezclad bien la pasta con el condimento, añadiendo otras cuatro cucharadas de pecorino romano. Deben quedar cremosos.
Servidlos bien calientes añadiendo a gusto una pizca más de pecorino romano y pimienta.