La tarta de queso con fresas, en mi opinión, es la reina de los pasteles de primavera y verano, fresca y aromática. Un delicioso pastel sin cocción, a base de galletas (las Digestive son óptimas para las tartas de queso), crema de queso fresco para untar (tipo Philadelphia), nata fresca y muchas fresas con su bonito color rojo, dulces y jugosas. Hay varios pasos para prepararla, pero no es nada difícil, al contrario. Con esta receta podrás crear diferentes variantes, cambiando el tipo de fruta o haciéndola más golosa con otros ingredientes, como las que he preparado con Baileys o con los restos de la colomba de Pascua y huevos de chocolate o al estilo Selva Negra con chocolate y guindas.
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 4 Horas 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 40 Minutos
- Porciones: 12Personas
- Métodos de Cocción: Cocina
- Cocina: Internacional
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes
- 300 g galletas Digestive
- 150 g mantequilla
- 500 g queso fresco para untar
- 250 nata fresca para montar
- 250 g fresas
- 120 g azúcar granulada
- 7 g gelatina en hojas
- 1 cucharadita extracto de vainilla
- 300 g fresas
- 60 g azúcar granulada
- 8 g gelatina en hojas
- 1/2 limón
Herramientas
- Báscula de cocina
- Bol
- Robot de cocina
- Cazo
- Cuchara
- Papel de horno
- Molde desmontable
- Báscula de cocina
- 2 Boles
- Cuchara
- Batidora eléctrica
- Cazo
- Cuenco
- Colador
- Tabla de cortar
- Báscula de cocina
- Cuchillo
- Tabla de cortar
- Bol
- Cazo
- Cuchara
- Batidora de inmersión
Pasos
Para preparar la tarta de queso con fresas…
Primero, en un cazo, funde la mantequilla a fuego medio, cuidando de no quemarla.
Mientras tanto, en un robot de cocina equipado con cuchillas, rompe las galletas en trozos más pequeños, tritúralas finamente y viértelas en el bol.
Cuando la mantequilla esté completamente derretida, viértela en el bol con las galletas y mezcla bien con una cuchara. Las galletas deben estar bien empapadas con la mantequilla derretida, obteniendo una mezcla arenosa.
Toma un molde desmontable de 24 cm de diámetro, cubre la base con papel de horno, recorta el exceso y vierte dentro la base de galletas recién preparada. Nivela bien la base con una cuchara o espátula.
Coloca el molde en el frigorífico durante 30 minutos para endurecer la base. Continúa preparando el relleno.
Lava bien las fresas, retira el tallo y córtalas a la mitad a lo largo, reservándolas momentáneamente.
En un bol lleno de agua fría, remoja las hojas de gelatina durante unos 10 minutos.
En otro bol, vierte el mascarpone, el azúcar y el extracto de vainilla, y mezcla bien los ingredientes con el batidor.
En este punto, vierte unos 3 cucharadas de nata en un cazo y el resto en el bol con el mascarpone.
Toma nuevamente el bol con la crema a la que has añadido la nata y bate de nuevo con el batidor durante unos minutos hasta que esté bien incorporada.
Calienta la nata que vertiste en el cazo, no debe hervir, solo estar caliente. Agrega dentro las hojas de gelatina bien escurridas y mezcla con la cuchara.
Vierte la gelatina disuelta en la nata en el bol con la crema y acciona nuevamente el batidor durante unos minutos, hasta obtener una mezcla lisa y compacta.
Toma ahora la base que has preparado, coloca un poco de crema a lo largo del borde que servirá de pegamento y coloca las fresas cortadas con la parte exterior hacia el interior.
Vierte la crema restante en el molde con una cuchara o espátula, para cubrir bien las fresas y nivelar la superficie. Solo queda preparar la decoración final.
En un bol con agua fría, remoja la gelatina en hoja durante unos 10 minutos. Mientras tanto, prepara las fresas.
Toma las otras fresas, lávalas, retira el tallo y córtalas en trozos, luego colócalas en un cazo con el azúcar y el jugo de medio limón.
Lleva el cazo al fuego y cocínalas durante unos minutos hasta que comiencen a ablandarse.
Ahora que la gelatina se ha ablandado, escúrrela bien, viértela en el cazo con las fresas y mezcla bien con una cuchara.
Con la batidora de inmersión, tritura bien la mezcla de fresas y viértela aún caliente sobre la superficie de la tarta de queso.
Deja enfriar la superficie de la tarta de queso durante 1 o 2 horas fuera del frigorífico. Cuando comience a solidificarse, decora el borde con granilla de pistacho, así quedará adherida y no se hundirá.
Una vez que la gelatina esté fría, coloca el pastel en el frigorífico al menos 2 horas para enfriarlo completamente.
La tarta de queso con fresas está lista para ser disfrutada.
