Soy pro americana en todo, desde que era una niña, y me prometí a mí misma que una vez cumplidos los 18 años iría a Nueva York.

Fui a la Gran Manzana, por primera vez, a los 24 años y, aún hoy, que he visto muchas otras ciudades en el mundo, sigue siendo para mí la Ciudad por excelencia, la única e inigualable.

Después de Nueva York, he vuelto varias veces a los Estados Unidos, he estado en San Francisco, Las Vegas, Los Ángeles, Chicago, Nueva Orleans, Miami, Key West, Boston, Washington, San Diego, Puerto Rico, Tallahassee, Cleveland, Buffalo y he atravesado Ohio, Alabama, y otros Estados en viajes fly and drive y en tren, y nunca he estado decepcionada.

Junto a Brasil es indudablemente la nación a la que más veces he vuelto y a la que volvería mil veces más.

Amo los Estados Unidos y amo su cocina.

Siendo una gran consumidora de carne, cada vez que estoy en suelo estadounidense, nunca me es difícil encontrar un plato que me satisfaga, ¡basta con pedir un filete!

Con los años, y en los viajes, he probado muchas especialidades, pero muchas otras aún esperan ser descubiertas, una de ellas es la sopa de almejas con nata, patatas y bacon: la Clam Chowder.

La sopa de almejas de Nueva Inglaterra, o New England Clam Chowder, es una sopa extendida en el noreste de los Estados Unidos.

Parece, sin embargo, que nació en Francia (era el plato tradicional del viernes entre los franceses católicos, ya que es a base de pescado) y, pasando por Gran Bretaña, llegó a las costas primero de Canadá y luego de Nueva Inglaterra gracias a los colonos que desembarcaron al otro lado del océano.

Existen diferentes versiones, pero la que sigue es precisamente la típica de Nueva Inglaterra: en blanco, a base de patatas, con bacon y nata y servida en pan.