Sabor antiguo… Galletas de harina de espelta y centeno
Una mañana me desperté con el deseo de preparar algo especial, algo que pudiera llevarme atrás en el tiempo. Decidí entonces hacer unas galletas, usando dos cereales que me transportan a esos tiempos mágicos: la espelta y el centeno.
Recuerdo aún con cariño esos días en los que cultivábamos los campos alrededor de casa, y parte de esos cereales se guardaban para la cocina. Las masas que preparábamos siempre acababan en el horno de leña de la estufa, y el aroma que se propagaba por toda la casa era simplemente maravilloso.
Pan, focaccias y galletas: eran las especialidades que acompañaban nuestros días. Con la leche fresca de nuestras vacas y la mantequilla hecha en casa por los niños, cada preparación se convertía en una verdadera obra maestra.
La receta que he decidido hacer hoy es una de las que hacíamos a menudo. Sencilla, pero increíblemente sabrosa. Ideal para un desayuno ligero o para una pausa vespertina. Con pocos ingredientes y mucha pasión, he mezclado la espelta y el centeno para crear unas galletas que saben a hogar, a familia, a tradición.
Mientras mezclo los ingredientes, me siento envuelta por un sentido de calor y felicidad. El aroma de las galletas que se propaga en la cocina me lleva atrás en el tiempo, cuando todo parecía más sencillo y genuino. Y mientras horneo las galletas, no puedo evitar sonreír pensando en esos días maravillosos que hoy reviven gracias a esta antigua receta.
Así, entre una taza de leche y un bocado a una de esas deliciosas galletas, me encuentro viajando en el tiempo, al descubrimiento de los sabores auténticos y las emociones genuinas que solo la cocina hecha con amor y pasión puede regalar. Y gracias a estas pequeñas delicias, puedo llevar un trozo de mi pasado al presente, regalándome un momento de dulzura y nostalgia que nunca olvidaré.
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 2 Horas
- Porciones: 60 galletas, pero depende del tamaño.
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
Harinas y huevos y leche y azúcar y mantequilla…
- 400 g harina de espelta integral
- 400 g harina de centeno (integral)
- 200 g harina 0
- 250 g leche
- 200 g azúcar
- 200 g mantequilla
- 2 huevos
- 1 corteza de limón (rallada fina)
- 2 amoníaco para dulces
Herramientas
Un bol para mezclar, una regla para galletas, una rueda cortapasta… El horno para cocer.
Los utensilios que utilizo y que os recomiendo los encontráis todos Aquí
Pasos
Son galletas muy sencillas de preparar… Quise darles esta forma que amo… A veces formo pequeños anillos… Elegid vosotros
Como he mencionado antes, son galletas muy fáciles de preparar; os recomiendo preparar todos los ingredientes limpios y pesados, en sus boles, claro que ensuciamos más instrumentos pero todo se hace más rápido y no se ensucian los paquetes… Empezad con las harinas, el azúcar, el amoníaco, la mantequilla cortada en trozos pequeños y por último la leche y los huevos… Amasad con cuidado hasta obtener una masa homogénea
Luego estirad la masa al grosor deseado, os aviso que suben mucho así que ajustadlo… Como podéis ver en la foto, las mías son corpulentas, el grosor inicial era de 0,5 cm.
Luego usad la regla para masa, yo utilizo el instrumento que sirve para cortar la masa de hojaldre y crear la red… O el rodillo rayado… Depende del efecto que queráis obtener…
En este punto, cortad vuestras galletas; he preferido dar una forma regular, galleta clásica rectangular, o pequeños anillos… El resultado es precioso en cualquier caso
Coced en el horno a 200 grados hasta que se doren; dejad enfriar! Consumid en sopas de leche o cubiertos de chocolate
Son galletas secas por lo que se conservan durante mucho tiempo (en realidad son muy buenas y ligeras por lo que no sé cuánto pueden durar) si se mantienen en lugar fresco y seco.
FAQ (Preguntas y Respuestas)
Cuando me encuentro con plantas de centeno silvestre que se destacan en el viento, siempre me viene a la mente el tiempo en que yo también sembraba el centeno. Recuerdo las plantas altas y flexibles que nos invitaban a caminar entre ellas, envueltos por su ligereza. Era un momento mágico, en el que parecía que estábamos en simbiosis con la naturaleza.
La espelta, en cambio, es un cereal que encierra en sí la historia antigua de los cereales. Cultivada desde tiempos remotos, fue luego sustituida por el trigo por su mayor rendimiento. Sin embargo, la espelta tiene un valor único: contiene menos gluten que el trigo y tiene un sabor más intenso y auténtico.
Hoy en día, la espelta se cultiva en pequeños terrenos, donde se valora por sus propiedades únicas. Gracias a su versatilidad, puede ser utilizada en múltiples recetas, desde la clásica sopa de espelta hasta ensaladas gourmet. Además, es un alimento rico en fibra y saludable, perfecto para una dieta equilibrada.
De hecho, la espelta es un cereal que debe redescubrirse y apreciarse por su bondad y su historia milenaria. Cuando lo pruebas, puedes sentir el vínculo profundo con la tierra y con las tradiciones campesinas. Es un viaje en el tiempo que te lleva al descubrimiento de sabores auténticos y genuinos.
Así que, la próxima vez que te encuentres frente a una planta de centeno silvestre o pruebes un plato a base de espelta, detente un momento y déjate llevar por las emociones y los sabores que solo la naturaleza y la tradición pueden regalarte. Te prometo que será una experiencia inolvidable!

