Las panelle sicilianas son un plato típico especialmente de la zona de Palermo y cualquier excusa es buena para prepararlas.
La importancia fundamental en la preparación reside en mezclar bien el compuesto antes de cocinarlo.
Para mí, esta era la primera vez que las preparaba, pero estoy satisfecha, estaban muy buenas, aunque no perfectas en la forma, pero correctas.
La historia cuenta que al parecer fueron los Árabes los primeros en moler las semillas de garbanzo, obteniendo una harina que, mezclada con agua, formaba una masa similar a la polenta.
De esta masa luego se cortaba en rodajas y se freía en aceite, dando origen a las panelle.
Cualquiera que sea su origen, lo importante es que están realmente buenas, aunque en su lugar de origen se comen y se combinan con la comida de manera diferente, yo las he servido en la mesa en lugar de pan.
Si replicáis la receta, enviadme vuestras fotos, las pondré en mi página de Facebook a vuestro nombre
Kcal 31 aproximadamente por cada panella
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 2 Minutos
- Porciones: 40Piezas
- Métodos de Cocción: Fritura
- Cocina: Regional Italiana
- Región: Sicilia
- Estacionalidad: Todas las estaciones, Santa Lucía
Ingredientes para preparar las Panelle sicilianas
- 200 g harina de garbanzo
- 550 g agua (fría)
- 1 cucharadita sal
- 1 ramillete perejil picado
- aceite de semillas de girasol
Preparación de las Panelle sicilianas
Primero lavar y picar un buen ramillete de perejil fresco y reservarlo para tenerlo listo en el momento de añadirlo al compuesto.
En una olla poner el agua fría con la sal, añadir la harina de garbanzo y mezclar bien hasta eliminar posibles grumos.
Si tenéis dificultad, siempre podréis mezclar el compuesto con las varillas y no habrá problema.
En este punto poner la cazuela al fuego y a llama baja cocinar el compuesto hasta obtener una crema suave.
Cuando haya alcanzado la consistencia adecuada, añadir el perejil y mezclar bien todo.
Transferir el compuesto a un molde de plum-cake ligeramente engrasado y nivelar bien el compuesto, cubrirlo con film de cocina y ajustar el nivel de la superficie con las manos.
Poner en la nevera durante una hora para que se enfríe bien.
Cuando se haya enfriado, volcar el compuesto sobre una tabla, preparar una sartén adecuada para la fritura, calentar el aceite y cortar en rodajas finas pero no demasiado y sumergirlas en el aceite caliente.
Freír pocos trozos a la vez, dependiendo del tamaño de la sartén.
Una vez cocidas, escurrirlas sobre papel absorbente.
Servir tanto calientes como frías, están buenas de cualquier manera.

