¿Conoces las avellanas azucaradas? Receta fácil y rápida.

En un tiempo cuando era pequeña, mi padre nos llevaba al centro, durante los días de carnaval. Éramos muchos, seis niños en total, y estas salidas eran un verdadero privilegio para nosotros. Caminábamos todos juntos hacia la plaza principal, llena de atracciones y tenderetes. Era un evento que esperábamos con alegría cada año. Pero mi padre, preocupado por no poner demasiado a prueba el presupuesto familiar, era muy atento a lo que gastaba. Así que, además de las atracciones del carnaval, nos concedía también un puñado de avellanas azucaradas.

Eran dulces, blancas como la nieve y sabrosas. Nos convertíamos en ardillas golosas, con las manos manchadas de azúcar, llenándonos la boca con esas pequeñas delicias.

Su sabor único nos hacía olvidar todo lo demás, regalándonos momentos de pura dulzura.

Hoy mi padre ya no está, pero he aprendido a hacer las avellanas azucaradas por mi cuenta. Cada vez que las disfruto, afloran los recuerdos de esos días felices.

Y quizás es cierto que, además de su sabor, esconden un poco de magia, ligada a los recuerdos que saben despertar, y en las fotografías amarillentas, tomadas desde muy lejos, pequeños mosquitos; nosotros, entre los árboles, en el parque adyacente a la plaza de las atracciones.

Ahora las avellanas cuestan mucho más, pero encontramos esta exquisitez también en los puestos de quienes no producen turrón, pero cultivan avellanas.

Llevo varios años produciendo avellanas para uso familiar, así que he aprendido a prepararlas azucaradas y a volver atrás con la mente.

A finales de agosto recolectamos nuestras avellanas de árboles sin tratamientos varios en estado natural, de hecho, un buen porcentaje es consumido por lirones y ardillas, sin contar los daños causados por los jabalíes aficionados a este fruto seco.

Después de recogerlas, permanecen unos días al sol para secarse, luego se rompen las cáscaras para obtener el fruto y elegirlas para eliminar lo que no es bueno; son momentos de palabras en música y se puede decir con la cabeza entre las avellanas. El siguiente paso es la tostación, que yo hago con la freidora de aire, multifunción… ¡Excelente!