Receta de salchicha y grelos… Un plato rústico por pasión

Pasadas las fiestas de fin de año, las semanas que precedían al carnaval, era costumbre consumir las provisiones de casa, guardadas especialmente para los días en que el huerto no ofrecía mucho…

Se recogían las últimas verduras, coles y brócoli, grelos y repollos…

Y precisamente los grelos, que mi padre sembraba sin parar, eran las verduras que más resistían al abrigo del invierno; era una de sus pasiones, a la cual nosotros poco nos habíamos acostumbrado, él en cambio amaba los sabores amargos y fuertes.

Después de llevarlas a casa, y destinar la parte no apta para nosotros a los animales de corral, mi madre las limpiaba bien, y después de cortarlas en trozos pequeños…

No tan pequeños porque mi padre decía que hay que ver lo que se come; volviendo a nuestros tiernos grelos, los transfería a una sartén sobre la estufa de leña, con el condimento ideal; aceite, ajo y guindilla, aunque a mi padre no le gustaba el ajo, prefiriendo la cebolla, en este caso debía ceder, pero no lo habría visto… ¡El juego estaba hecho!

A veces se añadían espaguetis, mientras que en los días de la matanza del cerdo, en casa la salchicha hacía su aparición más a menudo, y terminaban sazonando los grelos picantes y dorados en aceite de oliva que traía del pueblo.

Con el tiempo los grelos se convirtieron en uno de mis platos preferidos, precisamente por su sabor amargo,

Al conocer a mi marido descubrí que también en su familia era un plato apreciado y de consumo habitual;

la única diferencia es que se llamaban grelos con salchicha… Yo calabresa…

Enzo se divide entre dos regiones y dos cocinas con una fuerte identidad, Romagnola y Napolitana, la cantidad de recetas y variables para mí era infinita…

Mis hijos adoran los grelos con salchicha y en casa se utilizan términos mixtos, de cada región que nos pertenece como historia familiar…